Aportes a la ley estatutaria de la educación
Alejandro Álvarez Gallego
Rector
Universidad Pedagógica Nacional
Columna Publicada
La versión 2.0 del proyecto de ley estatutaria que regula el derecho a la educación es una propuesta que el país está esperando desde hace más de treinta años. Para aportar en su construcción, haré algunas observaciones críticas, sin dejar de reconocer que es un avance muy importante que debemos apoyar.
- El Derecho a la educación, en esta versión, gira alrededor de la persona, y no reconoce las diferentes expresiones de vida en comunidad. Habría que decir que la educación es un derecho inherente a la persona humana y de la sociedad en su conjunto, de las organizaciones, pueblos, naciones y comunidades que la componen.
- Consecuente con dicha visión, se restringe a los niveles de la educación que se ofrece en los establecimientos e instituciones de educación formal, como se evidencia en el Artículo 3. Ámbito de aplicación. En la sociedad contemporánea existen otras educaciones que también debe atender el Estado. La institución educativa es moderna, y sin duda aún es necesaria, pero debemos reconocer que hay otras educaciones que deben ser garantizadas por parte del Estado. Si esto no se menciona desde el principio, no será posible cumplir a cabalidad lo que se señala en los Artículos 18. Formación integral, el Artículo 19. La ciencia, la tecnología y la innovación, el Artículo 20. Formación en las artes, las culturas y los saberes, el Artículo 21. Formación ciudadana, el Artículo 22. Actividad física, recreación y deporte.
- El Artículo 16. Derecho fundamental a la educación media, conserva lo que hay actualmente y no se arriesga al cambio que se necesita para hacerla más atractiva a las y los estudiantes que están desertando en grado 9º; y a ser más pertinente para que atienda las necesidades de formación con diferentes énfasis en áreas del conocimiento como la tecnología, las artes y el deporte. Como sucede en otros países, este nivel de educación debe ser en sí mismo una alternativa para que jóvenes y adultos, puedan prepararse para la vida en campos específicos según sus intereses, los de la sociedad, y teniendo en cuenta la diversidad regional y cultural.
- Necesitamos una nueva institución que les permita salir de allí preparados para la vida, eso incluye, por supuesto, el trabajo; pero no pueden seguir siendo dos años más de lo mismo. Los estudiantes de la secundaria, en 9º grado, quieren algo diferente. Por eso al plantear la posibilidad de un grado 12º dicen no, no queremos un año más encerrados en la escuela; pero si se les ofrece otra alternativa, un grado 12º puede ser necesario para que alcancen a prepararse bien, con unas reglas de convivencia nuevas, con un plan de estudios y unas metodologías de enseñanza adecuadas a su edad y diversificada. Esto puede, no solo garantizar la permanencia en el sistema, sino prepararlos mejor para el ingreso a la educación superior. Tendrían tres años para orientarse en campos del saber, de la tecnología, el arte o el deporte, y decidir continuar en la educación superior, o no, pero más seguros y seguras de lo que quieren y de lo que son.
- El parágrafo referido a las Escuelas Normales Superiores (ENS) también deja las cosas como están y no resuelven un problema urgente, que es el limbo jurídico en el que se encuentran, porque los grados 12º y 13º deben ser declarados claramente parte de la educación superior, de manera que les permita continuar, si desean, sus estudios durante dos años más en un programa de licenciatura; allí pueden especializarse en un área específica, según las necesidades de la educación rural, que es hacia donde históricamente se ha orientado la formación normalista, pero también hacia otras educaciones, como la educación propia, de los pueblos indígenas, con enfoques étnicos y de inclusión, educación ciudadana, educación comunitaria, en sus múltiples manifestaciones; esto debe corregir la tendencia grave de deserción que actualmente existe en las ENS; en el paso del grado 11º al 12º, sólo continúa el 50%, y de los que empiezan estudios normalistas en 9º, sólo el 18% pasa al grado 12º.
Para hacerlas más atractivas y pertinentes, las Escuelas Normales deben tener dos ciclos formativos, dos años en la educación media (grados 10º y 11º) y dos años en la educación superior, que les daría un grado del nivel técnico, con posibilidad de continuar dos años más, si quieren, en un programa de licenciatura u otro programa universitario en el campo de la educación. Así, los profesores que trabajan en el programa complementario de formación, serían profesores de educación superior, con una formación especializada en los campos que se requieran. - Dentro de las disposiciones especiales, el Artículo 28. referido a la Formación docente integral, es necesario decir que se promulgará una ley que cree el Sistema de Formación de Educadores, pues para que el Estado pueda garantizar lo que allí se enuncia, no es posible con la desarticulación existente entre las normales, las licenciaturas, la educación continuada y la posgradual. Es un verdadero caos que debe organizarse con urgencia.
En síntesis, entender la Educación como derecho exige una nueva institucionalidad; para ello el Estado debe recomponerse, hay que construir el Estado Social de Derecho que se nos prometió en la Constitución del 91, y esto toma más de un gobierno. Esta ley hay que entenderla como el inicio de una política pública que se compromete a hacerlo progresivamente, con las implicaciones fiscales correspondientes.